sábado, 11 de abril de 2009

“Ayuda” Externa

Hemos escuchado en los medios últimamente mucho sobre la ayuda económica que recibe Nicaragua. Existen básicamente dos tipos de fondos que reciben países como Nicaragua: créditos concesionales y donaciones. Ambos métodos de financiamiento son condicionados.

Los créditos concesionales o préstamos blandos se otorgan a países que no están en condiciones de pagar intereses crediticios a niveles de mercado. Estos préstamos a largo plazo y con intereses reducidos se otorgan bajo el compromiso del beneficiario de mantener estabilidad macroeconómica con políticas monetarias responsables, promoviendo un endeudamiento saludable. El propósito de estas condicionalidades es reducir el riesgo que asume la institución financiera que facilita el crédito.

Las donaciones son transferencias de fondos que facilitan los países donantes. Estos fondos también tienen condiciones. En la mayoría de los casos los fondos vienen destinados a un sector, por ejemplo la educación rural. Estos fondos también son sujetos a compromisos, generalmente los donantes exigen garantizar la gobernabilidad o luchar contra la corrupción. Las condiciones son prerrogativa del donante y van en función de objetivos claros dentro de su política exterior. Estas donaciones pueden ser suspendidas si el donante estima que los fondos no están alcanzando las metas establecidas. Los fondos también son susceptibles a la opinión pública dentro de los países donantes, los fondos pueden ser suspendidos si un segmento grande o influyente de la población así lo exige.

Es ventajoso no pensar en estos fondos como una “ayuda” ya que muy rara vez son un ejercicio meramente caritativo, pensar en los fondos como una inversión es mucho más acertado. Esto no significa que sea un acto egoísta. Para que un financiamiento sea sostenible tiene que concebirse como una inversión y no una caridad. Una donación que contribuye al presupuesto del país tiene que tener como objetivo un futuro donde el presupuesto sea sostenible mediante las recaudaciones tributarias. Un préstamo para construir una carretera tiene que garantizar que el país pueda financiar el mantenimiento vial; y que el desarrollo de la región beneficiada genere ingresos para poder pagar el préstamo. Estas serian inversiones con resultados tangibles tanto para el donante como para el beneficiario.

Las donaciones deben generar estabilidad y prosperidad y esto, a su vez, debe redundar en beneficios para el país donante. Si el desarrollo económico de nuestros países evita la migración hacia países donantes, hay un beneficio para ambos actores. Si el fortalecimiento de las instituciones judiciales en nuestros países impide que se instalen grupos terroristas y/o narcotraficantes, entonces el donante fortalece su seguridad nacional. Estos son algunos ejemplos de áreas donde se enfocan los donantes, beneficiando a nuestros países y satisfaciendo sus objetivos domésticos. Cabe mencionar que en algunas ocasiones los fondos lleven consigo exigencias mezquinas que pretenden comprar voluntades políticas o extraer favores económicos. Las donaciones nunca deben estar atadas a arreglos quid pro quo que obedezcan a ambiciones políticas de los gobiernos donantes.

En el contexto de la crisis financiera mundial los fondos disponibles para nuestros países probablemente se limiten. Es fundamental que nuestros gobiernos conserven el apoyo que reciben ofreciendo resultados. De igual forma deben evitar donantes inescrupulosos, que ofrecen fondos fáciles a corto plazo, pero que a largo plazo los pondrán en difíciles situaciones, políticas y económicas.

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